Cómo prevenir la LGBTIfobia en los centros educativos

2 septiembre 2022

Infocop | 12/05/2022 
La discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales tiene serias repercusiones en el bienestar y salud mental de los menores implicados. Los centros educativos constituyen el contexto idóneo para prevenir este tipo de violencia, actuando activamente para la integración de la diversidad, incluyendo la educación afectivo-sexual y las orientaciones afectivo-sexuales en el currículo y visibilizando la realidad LGBTI. Según
los datos recogidos en la publicación, en el año 2018 se produjeron un total de 345 delitos de odio, tales como agresiones físicas, verbales y hostigamiento, hacia personas LGBT+, y el 43% de los estudiantes acosados ha pensado alguna vez en suicidarse.

Con la finalidad de proporcionar orientaciones a la comunidad educativa para integrar la diversidad sobre las orientaciones afectivo-sexuales e identidades de género en la vida y contenido escolar, COGAM junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, ha publicado la guía Prevención del acoso LGBTfobo. La guía, dirigida al equipo docente, al alumnado y a las familias, proporciona recomendaciones y materiales para promover el respeto a la libertad de expresión de identidad y orientación afectivo-sexual y combatir la discriminación y el acoso escolar. La guía presenta la normativa legislativa que defiende y promueve la promoción de la diversidad en los centros educativos de España, define los conceptos vinculados a la expresión de género, la identidad de género y las orientaciones afectivo-sexuales, aborda el impacto de la LGBTfobia en los centros educativos y presenta una serie de recomendaciones para trabajar la diversidad en el aula. 

Infocop | 28/07/2020
El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030
y el Ministerio de Igualdad han editado una guía dirigida a los y las profesionales de la
educación formal y no formal, para ayudar a
prevenir el acoso escolar por LGTBIfobia entre el alumnado. El manual es el resultado de la actividad de TCA (Transnational Cooperation Activity) que bajo el nombre de “Juventud y LGTBI+, abrazar la diversidad en la educación no formal y formal” ha sido financiada por el programa de la Unión Europea Erasmus+ y organizada por el Injuve y el Grupo de Investigación “Antropología, Diversidad y Convivencia” de la Universidad Complutense de Madrid. 

Fruto de la experiencia y el trabajo colaborativo de un equipo multidisciplinar de más de treinta profesionales de la educación formal y no formal de distintos ámbitos y niveles de enseñanzas (infantil, primaria, secundaria, bachillerato, formación profesional y universidad), la guía ofrece actividades que han sido realizadas durante años para formar profesionales de diversas comunidades educativas de todo el país.

Tal y como señalan sus autores, son varias las investigaciones que evidencian como, en
muchas comunidades educativas, las infancias y juventudes LGBTI+ aún continúan sufriendo la vulneración de sus derechos a la identidad, a la educación y a una vida libre de violencia, pudiendo llegar a convertirse los centros educativos en espacios de exclusión, discriminación e incluso violencia en distintas formas y niveles, algo especialmente grave al tratarse, en la mayoría de los casos, de menores de edad. A este respecto, exponen las conclusiones de una investigación realizada por la asociación COGAM en centros educativos de la Comunidad de Madrid en 2019, donde se recogen cifras tan preocupantes como el hecho de que el 37% de estudiantes LGBT han presenciado insultos por ser o parecer homosexual, bisexual o trans y el 12% los ha sufrido en primera persona. El porcentaje de quienes han sufrido estos insultos se duplica hasta el 24% entre el alumnado trans. Los datos de este estudio sugieren que una inmensa mayoría del colectivo considera que no es seguro hablar de su orientación sexual o identidad de género en las aulas.

Por otro lado, los autores de esta nueva guía manifiestan que las experiencias de buenas prácticas institucionales, de políticas públicas y profesionales, ponen de relieve que las comunidades educativas son espacios privilegiados “para abrazar la diversidad y transformar la vulneración de derechos en oportunidades educativas para construir sociedades concienciadas, comunidades sensibilizadas y relaciones humanas basadas en la igualdad y el respeto”. Todo lo anterior pone de relieve la trascendencia de la formación de profesionales de la educación como un instrumento enormemente válido y eficaz para prevenir situaciones de LGBTIfobia, detectarlas e intervenir cuando estas se dan en contextos educativos formales y no formales.

El manual se presenta no tanto como un curso completo de inicio y fin, sino como una “caja de herramientas”, donde acudir en busca de recursos y actividades didácticas para elaborar formaciones en diversidad sexual, familiar, corporal y de expresión e identidad de género, dirigidas a profesionales de las comunidades educativas. En este sentido, sus autores indican que los materiales pueden adaptarse a las necesidades de cada formación y a distintos niveles de conocimiento, tanto de los grupos participantes, como de la persona que dinamice las actividades, siendo flexibles para reestructurarse y utilizarse de acuerdo con los recursos temporales y espaciales que presente cada propuesta formativa. Se puede acceder a la guía desde la página de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad, o bien directamente a través del siguiente

Infocop | 22/05/2020 

Muchos y muchas adolescentes y adultos/as

jóvenes LGBTI manifiestan su preocupación e

inseguridad ante la posible reacción de sus

padres al explicarles su orientación o

condición sexual, incluso cuando es probable

que sus padres les comprendan, hablar sobre ello

puede ser una fuente de estrés y ansiedad.

Así lo afirma el Instituto de la Mente Infantil en

un artículo publicado en su página Web, a través

del cual ofrece una serie de recomendaciones

dirigidas a madres y padres de niños, niñas y

adolescentes LGTBI, para aprender a

escucharles/as y fomentar su bienestar y salud

mental.

Tal y como señala el artículo, lo más importante

es ser empático/a y solidario/a: “cuando las

personas se sienten amadas y apoyadas, tienen

una mayor resiliencia”. En este sentido, el

Instituto señala que los padres pueden tener

sentimientos encontrados al descubrir que tienen

un hijo o una hija LGTBI, por ejemplo, pueden

preocuparse por cómo les tratarán en su

comunidad, si sufrirán acoso escolar en su centro

educativo o discriminación en su ámbito laboral,

etc.

Foto: Sharon

mcCutcheon Fuente: pexels Fecha

descarga: 17/02/2020

El texto subraya la importancia de no expresar ningún sentimiento de angustia al

niño o la niña y afirma “tener un padre y una madre con los que un niño o una niña

siente que puede ser honesto/a es importante, tanto para el bienestar de su hijo o hija

como para la relación paterno-filial, tanto a corto como a largo plazo”. Especialmente con

los y las adolescentes, es crucial mantener una comunicación abierta, animándoles

a hablar (por ej., con frases como “me alegra que me lo haya dicho«), y escuchando sin
juzgar. Esta es una forma de validación para el/la menor. A este respecto, el Instituto

subraya la trascendencia de que los niños y las niñas sepan que sus padres les quieren y

están ahí para ayudarles y apoyarles incondicionalmente. En este sentido, sugiere utilizar

frases del tipo “estoy muy contento/a de que podamos hablar de esto porque queremos

asegurarnos de que sabes que tienes todo nuestro apoyo”.

En caso de inquietud ante la posibilidad de que sufran algún tipo de

discriminación, tanto en la escuela como en otros entornos, así como el modo en que

puedan reaccionar ante ello, es aconsejable iniciar la conversación explorando si el niño o

la niña está preocupado/a por no ser aceptado/a o por ser objeto de acoso escolar,

informándose de cómo se siente y cómo puede apoyarlo.

De acuerdo con el artículo, hablando abiertamente sobre este tema, refiriéndose con

orgullo a la identidad de su hijo o hija y abogando por él o por ella, “los padres están

trabajando para hacer del mundo un lugar mejor para otros y otras jóvenes LGTBI”.

Algunos estudios evidencian que la mayoría de los y las jóvenes LGTBI revelan primero su

orientación sexual e identidad de género a sus amigos o amigas, y después a adultos de

confianza que no siempre son sus padres. Por ello, el Instituto aconseja a los padres no

sorprenderse ni ofenderse, si descubren que no son los primeros a los que

acuden sus hijos o hijas para hablar sobre ello. Una de las razones por la cual los y las

menores pueden ser reacios a hablar en primer lugar con sus padres, suele ser el miedo a

decepcionar a sus padres, ante la presión de sus expectativas sobre quienes deberían ser.

En esta línea, el Instituto desmitifica y desmiente otra de las preocupaciones comúnmente

manifestadas por los progenitores y es el pensar que su orientación o condición sexual

puede verse influenciada por “las tendencias” en su grupo de iguales.

El artículo recomienda también que sea el niño o la niña quien tome la iniciativa si

desea contar a otros miembros de la familia su orientación o condición sexual,

subrayando la importancia de ser respetuoso con sus deseos.

Fuente:
Child Mind Institute
Un nuevo estudio señala el mayor riesgo de los y

las adolescentes LGTBIQ de tener problemas

sociales y de salud mental

Infocop | 14/02/2020

Los y las adolescentes que pertenecen a minorías

sexuales tienen una mayor probabilidad de

presentar consecuencias negativas sobre la

salud, desarrollar problemas salud mental y

encontrarse con entornos sociales adversos.

Esta es una de las conclusiones de un estudio

llevado a cabo en Reino Unido y publicado en la

revista The Lancet Child and Adolescent Health,

bajo el título Mental health, social adversity, and

health-related outcomes in sexual minority

adolescents: a contemporary national cohort

study (Salud mental, adversidad social y

consecuencias sobre la salud en adolescentes

pertenecientes a minorías sexuales: un estudio de
cohorte nacional contemporáneo).

Tal y como señalan sus autores, hay una escasez

de estimaciones actualizadas a nivel poblacional,

sobre el alcance del riesgo en este ámbito en el

Reino Unido.

Para llevar a cabo su estudio, analizaron información perteneciente a 9.885

adolescentes nacidos entre los años 2000 y 2002, pertenecientes al Estudio de

Cohorte del Milenio (MCS), un estudio de cohorte de nacimiento emprendido en Reino

Unido, que realiza un seguimiento a más de 19.000 individuos nacidos a principios del

milenio en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

De los 9.885, 629 (6%) adolescentes de esta muestra -481 participantes femeninas y 148

participantes masculinos-, fueron identificados como pertenecientes a minorías sexuales

(LGTBIQ), mientras que 9.256 (94%) -4.431 mujeres y 4825 hombres-, eran adolescentes

que se sentían atraídos por el sexo opuesto o no atraídos por el mismo sexo e identificados

como heterosexuales.

Se analizaron resultados de salud mental (autolesiones, síntomas depresivos), social

(intimidación, victimización) y relacionados con la salud en general, a la edad de 14 años.

Asimismo, se estimó la acumulación de múltiples resultados adversos en ambos grupos,

con el propósito de evaluar si los y las adolescentes LGTBIQ experimentaron más

resultados adversos que sus aquellos y aquellas heterosexuales.

Las cifras revelan que los y las jóvenes pertenecientes a minorías sexuales eran más

propensos/as a experimentar síntomas depresivos altos, autolesiones, menor

satisfacción con la vida, menor autoestima, y todas las formas de intimidación y

victimización. Se detectó una mayor probabilidad de consumo de alcohol, tabaco y

cannabis, así como más probabilidades de presentar baja actividad física, de percibirse a sí

mismos/as con sobrepeso y de hacer dieta para perder peso. Se observaron también más

problemas de salud mental concurrentes y un mayor cúmulo de dificultades en general, en

comparación con los y las adolescentes heterosexuales.

A la luz de estos resultados, el estudio concluye afirmando que, a pesar de vivir en un

momento de importantes progresos en materia de derechos de las minorías sexuales, los y

las adolescentes LGTBIQ británicos aún experimentan disparidades en los resultados de

salud mental, sociales, y relacionados con la salud, que conllevan consecuencias negativas

tanto a corto como a largo plazo. Los autores ponen de relieve la importancia de que los

y las profesionales de la salud y la educación tengan en consideración el mayor

riesgo de resultados adversos en este colectivo.

Fuente: Amos, R., Manalastas, E.J., White, R., Bos, H., y Patalay, P. (2020). Mental

health, social adversity & health-related outcomes in sexual minority adolescents: findings

from a contemporary national cohort’. The Lancet Child and Adolescent Health, 4 (1), pp.

36-45. DOI:https://doi.org/10.1016/S2352-4642(19)30339-6.

El fin de la terapia de conversión sexual:
apoyando y afirmando a los jóvenes LGTBQ

Infocop | 28/07/2016

La terapia de conversión sexual (o reorientación sexual) tiene como

finalidad conseguir el cambio de la orientación sexual de personas

homosexuales y bisexuales para convertirlos en heterosexuales o para

eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales. Esta

terapia, que puede incluir diferentes técnicas y orientaciones como la

modificación de conducta, la terapia de aversión, el psicoanálisis, la oración

o el consejo religioso, no cuenta con el apoyo científico necesario para

justificar su uso.

Es más, su utilización ha resultado ser contraproducente, como lo

demuestra el caso de Leelah Alcorn, una chica trans de 17 años de Ohio,

que se sometió por deseo de sus padres a una “terapia cristiana de

deshomosexualización”, generándola un mayor sufrimiento y agudizando su

depresión hasta el punto de suicidarse en el año 2014, y cuyo testimonio, a

través de su carta de suicidio, trascendió a los medios de comunicación,

generando un intenso debate en EE.UU.

Precisamente su reveladora carta, en la que escribía que “la única forma de que descanse

en paz es que un día las personas trans no sean tratadas de la misma forma que me han

tratado a mí, sino que sean tratadas como seres humanos, con sentimientos válidos, con

derechos…”, ha sido el detonante para la elaboración de un informe de revisión por

parte de la Administración de Abuso de Sustancias y de Servicios de Salud Mental

(Substance Abuse and Mental Health Service Administrtation: SAMHSA) del

Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

Dicho informe, titulado El fin de la terapia de conversión sexual: apoyando y

afirmando a los jóvenes LGTBQ (Ending conversion therapy: supporting and affirming

LGBTQ youth), recoge información precisa sobre las prácticas terapéuticas eficaces e

ineficaces relacionadas con la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de

género de niños y adolescentes, mediante una revisión de la literatura científica

existente.

Las principales conclusiones del informe establecen que:

Las diferencias en la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de

género son normales y no constituyen un trastorno mental.

Las terapias de conversión sexual u otros procedimientos para cambiar la

orientación sexual o identidad de género no son eficaces, refuerzan los

estereotipos de género perjudiciales, no son prácticas de salud mental

apropiadas, y lo que es más importante, pueden situar a los jóvenes en riesgo

de daño grave. Debido a que estas prácticas son coercitivas y dañinas, no

deberían formar parte de un tratamiento de salud conductual.

La evidencia disponible sobre la terapia de conversión sexual en niños y

adolescentes es muy limitada. En cualquier caso, no existe ninguna evidencia

científica que respalde que las intervenciones conductuales puedan

alterar la identidad de género o la orientación sexual.

Muchas personas tienen serias dificultades para encontrar la aceptación y

afirmación de sus identidades LGTBQ, una situación que está relacionada con un

riesgo elevado de presentar problemas de salud mental, abuso de sustancias y

cometer suicidio, lo que reafirma la necesidad de proporcionar apoyo por parte
del entorno cercano y de la sociedad y evitar la estigmatización.

Si bien la terapia de conversión sexual resulta una práctica desaconsejada, existen una

serie de aproximaciones de salud conductual que son consistentes con el consenso de

expertos, que están apoyadas por la evidencia y respaldadas por las principales

asociaciones de profesionales, como la Asociación Americana de Psicología. Entre estas

buenas prácticas que se deben aplicar cuando se proporcione atención a niños,

adolescentes y familias, y tal como se detalla en el informe, se incluyen:

Proporcionar información sobre el desarrollo de la orientación sexual y la

identidad y expresión de género.

Aumentar el apoyo familiar y escolar.

Reducir el rechazo social, familiar y de la comunidad hacia los niños y

adolescentes LGTBQ.

Desarrollar aproximaciones centradas en el cliente y apropiadas al

desarrollo del niño/a, estableciendo como meta del tratamiento conseguir

el máximo nivel posible de funcionamiento psicológico, en vez de una

identidad, orientación o expresión de género específica.

Incluir una evaluación comprehensiva y centrarse en el desarrollo de la

identidad y en la exploración, facilitando la libertad del auto-descubrimiento

dentro de un contexto de aceptación y apoyo.

Identificar las fuentes de malestar y estrés que sufren los niños, adolescentes

y sus familias.

Incluir el trabajo con padres y tutores, ya que los comportamientos y

actitudes de los padres tienen un efecto significativo en la salud mental y el

bienestar de los niños y adolescentes LGTBQ.

Incluir, en la medida de lo posible, intervenciones en el contexto escolar y

comunitario.

Según se establece en el documento, la eliminación de la práctica de la terapia de

conversión sexual en menores LGTBQ “constituye un avance importante, pero no

reducirá el amplio abanico de factores de estrés que experimentan como resultado de las

concepciones erróneas interpersonales, institucionales y sociales y la discriminación en

contra del colectivo de LGTBQ”.

Se puede acceder al documento en el siguiente enlace:

Ending conversion therapy: supporting and affirming LGBTQ youth

Posicionamiento del COP con motivo del Día
internacional de la liberación sexual o del orgullo

LGTBI, 28 de junio

Infocop | 28/06/2019 5:54:00

Consejo General de la Psicología. Grupo IpsyNet.

Este año se celebra el 50 aniversario del levantamiento de Stonewall en la ciudad de Nueva

York, que se considera como el comienzo del movimiento de los derechos de las personas

LGBT. Fue hace 62 años, en la Convención Anual de 1956 de la APA en Chicago, cuando la

doctora Evelyn Hooker, presentó la primera investigación que abordaba «la

despatologización de la homosexualidad «, y donde fundamentaba y desmentía el histórico

mito de que las personas homosexuales eran intrínsecamente menos saludables que las

personas heterosexuales. El trabajo de Hooker dio lugar a los cambios más significativos

que se han producido en la manera en que la psicología ha considerado y tratado a las

personas homosexuales. La Psicología ha contribuido al avance de las perspectivas

científicas que ayudan a mejorar la salud y el bienestar de las personas lesbianas, gays,

bisexuales y trans* (LGBT), desde una mayor comprensión de la orientación sexual y la

identidad de género como aspectos de la diversidad humana, y de reducir el estigma, los

prejuicios, la discriminación y la violencia hacia las personas LGTBI.

A pesar de los avances, queremos señalar que aún quedan metas importantes por alcanzar

en relación al bienestar psicológico de las personas LGBTI, a lo que pueden contribuir:

La contundencia en la erradicación de las mal llamadas «terapias de conversión»,

técnicas aversivas contra la propia homosexualidad a las que son expuestas

personas que acceden en un intento desesperado por conciliar su orientación

sexoafectiva con sus creencias y las de su entorno cuando estas entran en conflicto.

Estas técnicas, además de inútiles, repercuten gravemente sobre la sexualidad, la

autoestima y el estado emocional de las personas que se someten a ellas.

El desarrollo de una actitud educativa que ayude a superar mitos acerca de la

orientación sexoafectiva, independientemente de cual sea la orientación de cada

persona.

Un mayor apoyo a las familias de bebés con genitales intersexuales para ayudarles

a superar la presión social que pueda conducir a aprobar cirugías que no tienen

como objetivo la funcionalidad sino la normalización estética de esos genitales.

Además de hacer accesibles los recursos de apoyo y atención psicológica a los

adultos intersex, de forma que se vea beneficiada su autoestima corporal y

eso redunde en una sexualidad confiada y satisfactoria.

Fomentar el respeto a la autonomía de las personas trans en relación a la toma de
decisiones sobre cómo quieren expresar su género. Así como el abandono de

esquemas binarios al considerar la diversidad de expresión de género.

Facilitar a las personas el reconocerse en aquellas identidades en las que

verdaderamente se sientan cómodas y priorizar los objetivos terapéuticos que

posibiliten la manifestación de esas identidades.

Abogar por la definitiva y real despatologización de la transexualidad en cualquiera

de sus manifestaciones.

Con este comunicado el Consejo de la Psicología de España quiere homenajear a todas las

víctimas que a lo largo de la historia han sufrido el hostigamiento, discriminación, acoso y

violencia, así como la pérdida de su vida por motivos relacionados con sus identidades sexo

afectivas y de género. Nos unimos a la celebración de la fecha del 28J del orgullo LGTBI.