La prevención de los problemas psicológicos es la gran contribución de la Psicología Educativa
2 septiembre 2022
Entrevista a Pilar Calvo, coordinadora de la División de Psicología Educativa del COP
Infocop | 28/07/2022 3:43:00
Con el objetivo de proporcionar datos sobre los beneficios de incorporar prácticas basadas en
la evidencia en los centros escolares, dirigidas a la prevención y a la promoción de la salud
mental, la Psicofundación y el Consejo General de la Psicología han puesto en marcha el
Estudio PsiCE (Psicología basada en la evidencia en contextos educativos). El comienzo de este
proyecto coincide, además, con la divulgación un manifiesto por parte de diversas asociaciones
vinculadas al ámbito educativo de nuestro país, en el que se solicita al Gobierno potenciar
medidas eficaces para dar respuesta a las necesidades psicológicas y de salud mental que
presenta la comunidad educativa.
Para conocer más en detalle estas iniciativas y profundizar sobre el estado de la situación de
los centros escolares de nuestro país, Infocop ha entrevistado a Pilar Calvo, decana del Colegio
Oficial de Psicología de La Rioja y coordinadora de la División de Psicología Educativa del COP y
coordinadora General del Estudio PsiCE.
Pilar Calvo posee una amplia experiencia en el ámbito educativo y clínico, siendo actualmente
la directora del Departamento de Orientación del CPC NSBC de Logroño y responsable de un
centro de Psicología. Es co-autora de varias guías de intervención psicoeducativa en el acoso
escolar en Educación Primaria y Secundaria y ponente habitual en congresos y universidades
sobre la salud mental infanto-juvenil en el ámbito educativo, entre otras temáticas.
ENTREVISTA
En nuestro país, existe una enorme variabilidad respecto a la presencia de psicólogos y
psicólogas en los centros educativos. Los centros educativos privados suelen contar con la
presencia de esta figura profesional, pero la realidad es diferente en los centros públicos y
concertados donde lo que se requiere es la presencia de orientadores educativos, que pueden
ser titulados de diverso tipo, no necesariamente psicólogos. ¿Qué consecuencias tiene esta
organización? ¿Qué necesidades se están dejando de atender por esta situación?
En la Orientación Educativa en nuestro país hay profesionales con formación en Pedagogía,
Psicopedagogía y Psicología, además de otros profesionales que han cursado el máster de
Formación del Profesorado y han superado la oposición de Orientación Educativa. Esta
realidad conlleva que en la práctica no se realizan funciones diferentes en base a la formación
de cada profesional. Por ello, en muchos centros no se atienden los procesos psicológicos; no
se realizan evaluaciones psicológicas, si no exclusivamente psicopedagógicas, ni se adoptan
intervenciones preventivas selectivas e indicadas (en un primer momento) de los problemas
psicológicos. Además, está generando que profesionales que no tienen formación en
evaluación y diagnóstico psicológico, ni en intervenciones psicológicas basadas en la evidencia,
desarrollen prácticas de intervención para lo que no están cualificados o cualificadas. En los
Centros en los que existen psicólogos y psicólogas, y desarrollan funciones de acuerdo a su
formación y competencia profesional, se realizan intervenciones preventivas de los problemas
psicológicos, se realizan evaluaciones diagnósticas y se elaboran pautas y programas de
intervención para desarrollar en coordinación con el profesorado, la familia y agentes
externos, en los casos necesarios.
Como experta en este ámbito, ¿qué valor añadido supone incorporar profesionales de la
Psicología en los centros educativos? ¿Cómo se puede relacionar el rol del psicólogo o
psicóloga educativo con el papel que desarrolla el profesorado y la orientación?
Incorporar psicólogos o psicólogas educativos en los centros educativos puede contribuir al
desarrollo competencial integral del alumnado, atendiendo a los procesos cognitivos,
emocionales, conductuales y sociales. Aportar intervenciones para lograr la salud mental que,
en palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), supone encontrar el bienestar
como resultado del buen funcionamiento en los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales,
y en última instancia, el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la
convivencia, el trabajo y la recreación; un bienestar en el que la persona es consciente de sus
propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de
forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a la comunidad. Además,
detectar tempranamente factores de riesgo y factores protectores en el desarrollo evolutivo,
realizar prevención de tipo universal, selectiva e indicada (en una primera actuación) de los
problemas psicológicos, es la gran contribución de la Psicología Educativa.
Antes de que llegue el fracaso escolar, de que haya trastornos de conducta, de que se
manifiesten trastornos emocionales, de que haya acoso escolar, violencia filioparental, se
desarrollen conductas adictivas, haya autolesiones, riesgo de suicidio, maltrato, etc. ( esto es lo
que vive una parte de nuestra población infanto-juvenil), los profesionales de la Psicología
implementan programas dirigidos al alumnado en general, en las diferentes etapas, que
contribuyen al desarrollo de las competencias y factores protectores; programas basados en la
evidencia empírica de la Psicología. Además, evalúan los procesos psicológicos para emitir un
diagnóstico, cuando se detectan problemas específicos, y diseñan medidas de intervención, lo
que aporta información significativa y medidas eficaces que tranquilizan al profesorado y a la
familia, al conocer las causas de la problemática y cómo proceder. Intervienen coordinando, en
el tiempo oportuno, las acciones entre el profesorado, la familia, los iguales y profesionales
externos. En los casos en que es necesario derivar a servicios especializados externos, los
psicólogos educativos supervisan en el medio natural, cotidianamente, la aplicación de las
medidas psicológicas que se han prescrito, lo cual es clave para la eficacia del tratamiento.
Para ejemplificar la aportación de los/as profesionales de la Psicología, transmito el mensaje
de una familia que ha expresado su agradecimiento por la intervención desarrollada con su
hija en el Centro y coordinada por la psicóloga: “La situación de nuestra hija, con un nivel de
ansiedad elevado, cada día se iba tornando más dura y más difícil a medida que pasaban los
días. Nos hemos sentido, muchas semanas muy perdidos, intentando poner remedio, con las
herramientas de las que disponíamos, para poder ver luz al fondo del túnel (psicóloga externa,
psiquiatra etc.), pero ha sido en el colegio donde nuestra hija y nosotros hemos encontrado la
pieza fundamental para la remontada y la mejoría de nuestra hija. La psicóloga ha sido una
pieza clave en todo esto. Nos pusimos en sus manos y ella, con intervenciones directas muchos
días con nuestra hija para bajarle la ansiedad, la coordinación que hacía entre familia,
profesores y nuestra hija han hecho que todos tirásemos en la misma dirección, haciendo
posible poco a poco la recuperación de nuestra hija y pudiendo acabar el curso”.
Recientemente, la Psicofundación y el COP han anunciado la puesta en marcha del estudio
PsiCE (Psicología en Contextos Educativos), ¿podría describirnos en qué consiste este estudio y
en qué situación se encuentra? ¿En cuántos centros escolares se va a implementar?
Desde hace varios años, en la División de Psicología Educativa del Consejo General de la
Psicología, se constató la necesidad de realizar un estudio con evidencia empírica que aportara
datos sobre las necesidades psicológicas que existen en el alumnado en el contexto educativo
y la respuesta eficaz que puede darse con la intervención de los profesionales de la Psicología
Educativa. Como la problemática psicológica en el contexto educativo es tan amplia y en todas
las etapas de la escolarización, se delimitaron las variables y las características de la
investigación. Acordamos que el Estudio PsiCE, Psicología aplicada en Contextos Educativos, se
centrara en la prevención de los problemas emocionales y en el ajuste emocional, social y
escolar, así como en los procesos del aprendizaje en el alumnado con edades comprendidas
entre los 12 y 19 años. La meta del Estudio PsiCE se ha realizado a través de la aplicación del
Protocolo Unificado para el Tratamiento Transdiagnóstico de los Trastornos Emocionales (UP).
Un ensayo controlado aleatorizado con dos grupos: control activo (relajación) y experimental
(Up-A). Hasta el momento se ha realizado la evaluación pretest. También se realizará la
evaluación postest y seguimiento a los 6, 12 y 18 meses. Las familias también participan en el
programa. Se analiza el impacto de diferentes indicadores comportamentales, cognitivos,
afectivos y de funcionamiento social y académico, así como sus efectos a corto, medio y largo
plazo. También se evaluará la satisfacción del programa por parte de los usuarios.
Analizar la eficacia del protocolo UP-A en el contexto educativo permite disponer de datos en
el campo de la Psicología Educativa de cara a la toma de decisiones informadas. Además,
permitirá garantizar que dichas intervenciones sean accesibles, empleando protocolos
estandarizados, para un gran conjunto de la población y en una etapa del desarrollo humano
tan relevante como es la adolescencia. Disponer de programas de intervención psicológica con
sólido respaldo empírico es esencial para mejorar los procesos de aprendizaje, el rendimiento
académico y el bienestar emocional y calidad de vida de los jóvenes.
Hasta el momento se ha trabajado con una muestra de 6043 alumnos y alumnas. La
intervención se ha realizado en las CCAA de Andalucía Occidental, Andalucía Oriental, Castilla
la Mancha, Galicia, La Rioja, la Región de Murcia y Valencia. A partir de septiembre se
continuará la intervención en Aragón, Asturias, Madrid y Tenerife, con lo que esperamos llegar
a una muestra de 14.000 alumnos y alumnas.
De la evaluación realizada hasta el momento conviene resaltar que el nivel experimentado de
sentimientos de desánimo, de ansiedad, de preocupación excesiva, de sentirse irritados
diariamente, de ideación suicida, alcanza unos niveles significativos a los que hay que prestar
atención, escuchar y atender la vivencia emocional de cada alumna y alumno, y adoptar las
medidas eficaces para responder a sus necesidades.
A partir de julio obtendremos información del impacto que ha tenido la intervención
psicológica con los adolescentes y con las familias. A nivel cualitativo podemos indicar que las
direcciones, profesorado y familias de los Centros Educativos han expresado una valoración
muy positiva por la intervención desarrollada y demandan la posibilidad de generalizar la
aplicación a todo el alumnado.
¿Disponemos de ejemplos similares en otros países? ¿Cuál es la presencia de los profesionales
de la Psicología en los centros educativos de otros países de nuestro entorno? ¿Se están
llevando a cabo programas como el estudio PsiCE más allá de nuestro país?
En Portugal existe la figura del/a psicólogo/a educativo/a en cada centro educativo con el
objetivo de contribuir al desarrollo integral y al bienestar psicológico del alumnado.
Consideran fundamental la prevención universal, de carácter promocional, con el objetivo de
desarrollar óptimamente el proceso escolar, emocional, conductual, social, vocacional y
profesional. Además, contemplan la prevención selectiva, de carácter precoz, dirigida a los
grupos de riesgo para modificar la trayectoria personal negativa. También contemplan la
prevención indicada. Dado el coste-beneficio de los diferentes niveles de intervención ponen la
energía de su intervención en prevención e intervención temprana contribuyendo así a la
reducción del número problemas graves.
No tenemos constancia de la realización de estudios similares al PsiCE en otros países, con una
muestra y una intervención como las que hemos indicado..
¿Por qué es tan importante la promoción y prevención respecto a la salud mental en los
jóvenes en esta situación postpandemia?
Los estudios realizados sobre el impacto psicológico de la pandemia en los jóvenes aportan
datos que muestran la afectación significativa producida en el desarrollo personal y en el
malestar generado. En el trabajo cotidiano con la infancia y adolescencia en los contextos
educativos hemos tenido que intervenir en un elevado número de casos en problemas de
ansiedad, somatizaciones, problemas con la conducta alimentaria, relaciones interpersonales
disfuncionales, autolesiones, problemas de regulación emocional, adicciones a las tecnologías
y sustancias, duelo, fracaso escolar, por indicar los más significativos. Hemos actuado porque
se nos ha respetado como psicólogos/as, como un miembro más de la Comunidad Educativa,
detectando tempranamente, evaluando para obtener información sobre cada uno de los
procesos del desarrollo de cada alumno/a, y comunicando la información obtenida y las pautas
de intervención programadas para que exista una intervención multisistémica, con la
coordinación de todos los agentes intervinientes en el alumnado.
Hemos comprobado que, interviniendo en el momento oportuno, en cuanto hay detección de
dificultades, coordinándose con todas las figuras de la Comunidad Educativa, aplicando las
medidas de intervención que la Psicología nos aporta, hemos logrado que un problema no se
convierta en trastorno, que un/a alumno no se perciba como enfermo/a, que afronte el
aprendizaje escolar y continúe su proceso de identidad autoafirmativa, de relaciones
interpersonales positivas y desarrollo de competencias. En el caso de desarrollo de trastornos
hemos derivado para que se produzca una atención externa al centro, y hemos mantenido la
coordinación en las intervenciones con el servicio externo para una evolución positiva, porque
la intervención cualificada cada día es clave para lograr la recuperación personal y el bienestar.
Desde hace meses, el Consejo General de la Psicología viene reuniéndose con muchos agentes
educativos para analizar la situación existente, siendo uno de los frutos de estas reuniones la
elaboración de un manifiesto para mejorar el bienestar de la comunidad educativa. ¿Qué se
pretende conseguir con esta iniciativa, que se ha dado a conocer recientemente?
Con las reuniones que estamos manteniendo con organizaciones relacionadas con la
comunidad educativa, asociaciones de padres y madres, sindicatos, federación de equipos
directivos, asociaciones de estudiantes, Asociación de Psicólogos Educativos…, pretendemos
analizar las necesidades y problemáticas relacionadas con el alumnado, profesorado y familias
que requieren de una especial asistencia psicológica para mejorar el bienestar de la
comunidad educativa: fracaso y abandono escolar por causas de tipo psicológico no tratadas
en el momento oportuno, problemas emocionales, problemas de conducta, acoso escolar,
ciberbullying, autolesiones, riesgo de suicidio, adicciones a las tecnologías, consumo de
sustancias, violencia filioparental, violencia de género, burnout del profesorado, estrés por la
saturación de funciones y ausencia de recursos para responder a la problemática psicológica
del alumnado, familias que demandan apoyo y orientación para saber cómo atender a sus
hijos/as en la problemática diversa que se encuentran…, y adoptar acuerdos sobre las
medidas para afrontar con eficacia la problemática nombrada.
Uno de los acuerdos ha sido la creación de un Manifiesto por el Bienestar Educativo en el que
se plasman las medidas que solicitamos a las Administraciones Públicas. Entre otras medidas,
está la incorporación de profesionales de la Psicología Educativa a los centros educativos para
responder a una detección temprana y prevención universal, selectiva e indicada, en una
intervención temprana y posterior derivación a los servicios especializados, de la problemática
psicológica del alumnado. La participación de estos profesionales puede contribuir al
desarrollo integral de las competencias cognitivas, emocionales, conductuales y sociales del
alumnado, y a la evaluación e intervención psicológica para prevenir el desarrollo de los
trastornos psicopatológicos. La integración de servicios de intervención psicológica en los
centros educativos permite desarrollar programas de atención integral, que producen mejoras
en el bienestar psicológico y en el rendimiento educativo de los niños y niñas a lo largo del
tiempo, según Fazel 2014). Valorando la importancia de los entornos naturales para la
prevención e intervención en la infancia y la adolescencia, los centros educativos se han
convertido, en manifestación de la OMS, “en uno de los contextos más importantes para la
promoción de la salud y de las intervenciones preventivas en niños y jóvenes”. Además, la
Comisión Europea (2016) manifiesta que el centro educativo es el contexto ideal para la
intervención ya que, después del ámbito familiar, es el que más interactúa con los niños y
adolescentes y ofrecen unas experiencias significativas que les ayudan a construir su identidad,
establecer relaciones interpersonales y desarrollar habilidades emocionales, como la
motivación, la resiliencia y el autocontrol. El psicólogo o la psicóloga es una figura clave en el
desarrollo funcional y equilibrado de un centro educativo en todos los niveles: Educación
Infantil, Primaria, Secundaria y Bachiller-FP. Su función prioritaria es atender y fomentar el
desarrollo psicológico en todos sus componentes -psicomotor, cognitivo, social, afectivo-
emocional, conductual- y en los 3 agentes principales del sistema educativo (alumnado,
padres/madres y profesorado). Desde esta perspectiva, el trabajo del psicólogo implica dos
grandes objetivos: 1) aportar un análisis psicológico de diversas situaciones (evaluación); y 2)
proponer planes de acción que respondan a los análisis realizados (intervención). Con estos
objetivos, contextualizados en su perfil profesional e investigador, el psicólogo lleva a cabo
diversas actividades con los tres agentes del sistema educativo (Garaigordobil, 2009).
Hasta el momento, ¿cuál está siendo el grado de acogida de este manifiesto? ¿Qué actores del
sistema educativo están apoyándolo?
Hasta el momento, porque este es un proceso de concienciación y adhesión que hemos
iniciado para lograr la incorporación de la Psicología Educativa a los centros educativos, han
suscrito el manifiesto organizaciones representantes de todos los miembros de la Comunidad
Educativa: CANAE, CEAPA, CONCAPA, ESTEs, FEDADI, FSIE, Sindicato de Estudiantes.
Esperamos que a lo largo de los próximos meses puedan sumarse más organizaciones,
ciudadanos y ciudadanas a título personal. El objetivo es reunir el mayor número de asensos
posibles para presentar el Manifiesto en las diferentes Administraciones Públicas Nacionales y
Autonómicas.
Para finalizar, ¿le gustaría añadir algún comentario más al tema que nos ocupa?
Sí. Es importante que todo el ámbito de la Psicología conozca y apoye este proceso de
integración de la Psicología Educativa en nuestro actual sistema educativo, que esté presente
en las fases claves del desarrollo de la persona; que, además, esté coordinado con los Servicios
de Salud y de Intervención Social para una respuesta eficaz. Es un momento relevante para
toda la Psicología, que, ante los retos sociales, cada vez más complejos, se está constituyendo
en un referente tanto para las personas como para las organizaciones, y la Psicología Educativa
es base de nuestro futuro.